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Plazo de salida:
Plazo de salida 3 días laborables
Descripción:
'Manolo Caracol ha sido el emperador del cante gitano. Dios manda genios siempre, pero hasta ahora, como él, ninguno.'
Caracol cuando le echaba mano a los cantes de siempre era un auténtico superdotado, posiblemente el eco más flamenco de la historia. Sus registros eran los más adecuados para el ejercicio del cante y para convocar a los siempre caprichosos duendes flamencos ya que estaba provisto de un metal prodigioso que dominaba a su antojo los bajos, tan extraordinariamente difíciles.
Aunque es cierto que era muy irregular, como todos los genios emotívicos, y a veces su cante sufría caídas abismales. Pero en casi todos los géneros que abordó puso algo personal, que los distinguía del cante que hacían los demás.
Caracol cuando le echaba mano a los cantes de siempre era un auténtico superdotado, posiblemente el eco más flamenco de la historia. Sus registros eran los más adecuados para el ejercicio del cante y para convocar a los siempre caprichosos duendes flamencos ya que estaba provisto de un metal prodigioso que dominaba a su antojo los bajos, tan extraordinariamente difíciles.
Aunque es cierto que era muy irregular, como todos los genios emotívicos, y a veces su cante sufría caídas abismales. Pero en casi todos los géneros que abordó puso algo personal, que los distinguía del cante que hacían los demás.
Comentarios:
'Manolo Caracol ha sido el emperador del cante gitano. Dios manda genios siempre, pero hasta ahora, como él, ninguno.'
Caracol cuando le echaba mano a los cantes de siempre era un auténtico superdotado, posiblemente el eco más flamenco de la historia. Sus registros eran los más adecuados para el ejercicio del cante y para convocar a los siempre caprichosos duendes flamencos ya que estaba provisto de un metal prodigioso que dominaba a su antojo los bajos, tan extraordinariamente difíciles.
Aunque es cierto que era muy irregular, como todos los genios emotívicos, y a veces su cante sufría caídas abismales. Pero en casi todos los géneros que abordó puso algo personal, que los distinguía del cante que hacían los demás.
Caracol cuando le echaba mano a los cantes de siempre era un auténtico superdotado, posiblemente el eco más flamenco de la historia. Sus registros eran los más adecuados para el ejercicio del cante y para convocar a los siempre caprichosos duendes flamencos ya que estaba provisto de un metal prodigioso que dominaba a su antojo los bajos, tan extraordinariamente difíciles.
Aunque es cierto que era muy irregular, como todos los genios emotívicos, y a veces su cante sufría caídas abismales. Pero en casi todos los géneros que abordó puso algo personal, que los distinguía del cante que hacían los demás.